a los abuelos se oía contar hacían tertulias para escuchar.
de los espantos en las quebradas, Quiero que entiendan, con disciplina,
por los caminos o en el maizal. que son leyendas ¡y nada más!
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En una escuela de precioso pueblo Formando
a los niños con entusiasmo,
una maestra pensó en rescatar los hizo pasar al aula mayor.
aquellas historias que los abuelos, Y a todos les dijo, subiendo los ánimos:
narraban bien al calor del hogar. "Hoy de la Llorona habrá información".
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"Es una señora que llora en los ríos. Juiciosos los niños. A la profesora,
Por toda ribera se le oye llorar. entusiasmados
su atención prestaban.
En las sementeras su llanto es oído, Un chico pregunta si a esa señora
por los cafetales llorando ella va." algo
le dolía y por eso lloraba.
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"Sucedió que un día (siguió la docente), "Es un mito urbano y también campestre.
aquella señora a su hijito ahogó, Es bien conocido.
Y en cada región
porque era el producto de algo indecente: tiene la leyenda algo diferente.
por
una deshonra... ¡y vergüenza le dio! Su característica el nombre dejó."
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Aquellos pequeños estaban pendientes Y
la profesora seguía en su anhelo:
de este cuento de miedo ,por la narración, rescatar
historias (era su obsesión)
gritó un muchachito pelando los dientes , de
un tiempo con muchos desvelos,
¡señora maestra, yo tengo temor!. sentados
en el patio o en el corredor.
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Les dijo a los niños: "Es un alma en pena, "Recorre
los cauces... ¡todos a la inversa!
que vaga en el mundo causando terror. con
un vestido largo de blanco color.
Arrulla en sus manos, haciendo la escena, Su
cara huesuda, que a todos aterra;
a un bulto pequeño: ¡el niño que ahogó! sus ojos brotados de tanto dolor."
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Pregunta un niño: "¿Por qué profesora "El pelo lo lleva bastante enredado.
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Pregunta un niño: "¿Por qué profesora "El pelo lo lleva bastante enredado.
recorre a la inversa, si el río lo arrastró?" De tanto halarlo, lo arranca también.
"Es que quedó loca la pobre señora, A gritos pregunta: ¿Dónde habrá quedado?
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Estaba en silencio todita la clase;
los niños las caras tenían de impresión. las que a los niños amor no les dan,
Y la profesora, sin mucho afanarse, y
todas las madres que son muy inciertas:
corriendo una silla el cuento siguió. que no se preocupan y los tratan mal."
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De pronto algo oyen, allá en las afueras: Y aquí se termina, mis queridos niños,
un lamento largo... sin terminación. esta historia o mito que es de rescatar,
Y todos se escapan de ahí de la escuela, para que conozcan el humor tan fino
¡porque el tren pitando llegó a la
estación!. con
que los abuelos las solían contar.