en su negro vestido se verá,
su guadaña de estandarte traerá,
y con su risa siniestra
llegará.
Va marcando los días y las
horas,
los minutos, segundos, por
igual,
con siglos y milenios que han
pasado,
y ella alegre en sus huesos
siempre va.
No respeta amores, ni colores,
sentimientos, dolores, qué más
da,
sólo llega y se lleva sin
tardanza
lo que quiere que ya no exista
más.
Muerte flaca, esquelética,
huesuda,
eres pura maldad y oscuridad.
¿Dime Muerte si algún día no
tuviste
en tu pecho un corazón que supo
amar?.
¿Dime entonces de dónde tú
naciste?.
¿O saliste de la nada o lo
infernal?
sólo eso demuestras con tu risa
cuando truncas una vida sin
piedad.
¿Una madre acaso no tuviste?
¿No supiste de amor ni de
amistad?
¿Sentimientos, dolores no
sentiste?
¿Nunca hubo para ti nada
especial?.
Sólo enseñas las desgracias en
la vida,
Muerte horrenda, un día un
final tendrás,
y llorando te he de ver
arrepentida
con cadáveres que te han de
señalar.
Porque has sido una tragedia
sin medida,
por los males que has logrado
con crueldad,
y por eso te he de ver toda
intranquila…
¡ Cuando llegues ante el
gran juicio final ! .
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