Todos
los días se emborrachaba Su madre
siempre lo regañaba
el
indiecito por el poblado, y en el
momento el aceptaba,
llegaba
al rancho de madrugada, pero en
la noche se regresaba
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Y así
seguía constantemente. El joven
indio nomás hipeaba
La madre
un día muy obstinada, y le
decía: “puras habladas,
le dijo:”hijo
cuidado te encuentres cuando has visto, no seas porfiada,
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Salió el
muchacho de madrugada Desde lo lejos ya vio el
poblado,
y de su
mochila un frasco sacaba, se sonreía, estaba al rabo,
se iba
acordando de las habladas entrando al parque iba
entonado
que hacía su madre, y trago echaba. y en una banca quedó
sentado.
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Veía
pasar a las jovencitas Cuando la tarde cayó, era
preso
que se
paseaban por todos lados, de tanto
alcohol que había hartado,
miraba
atento la capillita el
indiecito se puso tieso
Ahí en
la puerta de la capilla Sintió
la lengua pesada y gruesa,
un monje
estaba decapitado, y vio que el monje se le
acercaba,
se tiró
al suelo y de rodillas en su mano
izquierda vio la cabeza
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Iba a
pararse y no podía, Se fue
gateando, oyendo risas,
sus
piernas no respondían a nada, toda la gente de él se
burlaba,
vio que
una luz azul él traía se le
había abierto hasta la camisa
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El monje
al paso se iba acercando De pronto
todo pasó, y despierto,
y la
cabeza se carcajeó, juró mas
nunca probar licor.
no pudo
más y se fue quedando Llegó a
la casa y con poco aliento
ya sin
aliento y se desmayó. ahí a su madre todo contó.
15 Dijo la madre:
Le dijo:
“madre hoy me arrepiento, Un alma en pena dicen que es,
esas tomadas se terminaron, “ por no cumplir con lo que le daban,
esas tomadas se terminaron,
aunque
es un mito, lo vi muy cierto. y ahora trata poder hacer
Y creo
bien firme que me espantaron”. cumplir a todos los cumplenada.
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A los
que incumplen con las promesas,
porque
no cumplen con el mercado,
porque
con tragos son las dolencias
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