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San Pedro un día con mucha prisa Iba anotando con una tiza
aseando todo
empezó a barrer. sobre un
tablero la selección.
Dejaba almas y
con pericia Se oían almas
como chamizas
a muchas de
ellas echaba a arder. ardiendo
adentro del quemador.
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Jesús paseaba
bien placentero, "Si es
bueno entrar en el Cielo,
y observando
esto le preguntó: adonde las almas llegan con fe,
"¿Por qué
las tiras al fuego? tú las recibes,
y por eso espero
Se puede
hallar otra solución. que las atiendas como ha de ser."
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Contestó
Pedro: "Es más ligero " O
deberíamos ampliarlo más
y más certero
el hacerlo así. para poder
lograr resistir.
Señor, ya el
Cielo está muy lleno, O a la huesuda
hay que alertar,
y
creo que vamos a sucumbir. o habrá de
ella que prescindir."
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y
le pidió por la salvación: su risa fría
le hizo sentir.
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Vuelvan
con Pedro hacia el interior. "deja a la
Muerte hacer su labor."
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Pasó Ia Muerte
con su guadaña de aquellas
almas, y por supuesto
y al ver Ia
horrible y cruel decisión, de su trabajo
que hacía rendir.
buscó a María
dándose maña, Y bien salida
de su esqueleto
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Llegó la
Virgen bien preocupada, Y dijo a
Pedro: "Es decidido:
dándoles a
todas su bendición. practica
siempre la concesión.
Y dijo a
ellas: "¡Están salvadas! Y no te pases
de divertido:
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San Pedro
rápido paró a la Muerte, "¿Por qué
te pones de bochinchera,
y muy de plano
así le soltó: si hay que
evitar tanta congestión?
"Sabes,
huesuda, que solamente ¿O es que pretendes tú, Calavera,
allá en la
Tierra está tu función. indisponerme
con tu actuación ?"
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Ardiendo en
ira y echando chispas El Diablo
apenas soltó ceniza,
adonde la
Muerte el Diablo llegó. de la frenada que se pegó.
Y ésta
sabiéndose muy precisa Y con
estruendo soltó una risa
se
fue a esconder detrás del Señor. que hasta al Señor
la sangre le heló.
"Las
almas buenas van a la Gloria La Muerte con
mucha saña,
(así le dijo
Dios al Demonio), al señor
Diablo volteó a mirar.
las inocentes
van para el Limbo Le dijo:
"Mira bien mi guadaña:
y las veniales
al Purgatorio. " Con ella pronto
te he de segar."
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Satán, estando
muy repelente, Y carcajeándose volvió a su infierno,
le hizo la
venia con ademán, miró hacia al Mundo y dijo el demonio:
diciendo: "¡Cuídate
tú, mi Muerte, “con tantas malas, pongo mis cuernos,
que
no te lleve yo a incinerar." que nunca saldrán de mi crematorio.”
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