sábado, 31 de enero de 2015

EL BUEN SABER

Allá en la india vivía un pequeño
que era un experto para observar,
sabía sumar y era su sueño,
dividir, restar y multiplicar.

Muy talentoso pasaba el tiempo
siempre pensando con estudiar.
Era su pueblo pobre e incierto:
Sólo lamentos solía escuchar.

Un día partió como parte el viento.
Mucha pobreza debió pasar.
Los siete mares cruzó, y desiertos,
y hasta el oriente logró llegar.

Pasaron años… Y lo que es cierto
es que un buen día él observó
una academia que con acierto
decía: “Se enseña de lo mejor”.

Aprendió mucho bien dedicado.
Era la vida una gran lección.
Sumó su avance, restó el pasado,
y el resultado lo dividió.

Siguió estudiando lo más tratado
y nuevamente allí descubrió
que en esta vida lo más preciado
es ser correcto y cumplidor.

Sacó sus cuentas y el resultado
ya definido multiplicó.
Era increíble lo que había dado,
y para la India se regresó.

Puso una escuela pobre y decente,
que sirvió a todos para aprender
las enseñanzas que del Oriente
el joven pudo hasta ahí traer.

Usando siempre filosofía,
un día pidió que observaran bien.
Sumó lo justo con la medida
y sabio fue el resultado haber.

Se hizo la escuela muy importante
la cual llamaron “El buen saber”.
La cedió el joven más adelante
y se marchó con rumbo al Tibet.

Es el final de esta corta historia.
Así se dijo y así ha de ser:
que si tú sumas el bien, hay Gloria
y multiplicas para después.