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La mujer hay que buscarla Esto decía un viejo saltaba y meneaba el rabopor la virtud y su casta, a su perrito King-Tin para halagar a su dueño,
si te gusta la ternera que a la perrita de al lado siempre lograba su fin
primero anda y ve la vaca. le gustaría ver salir. poniendo todo el empeño.
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No importaba día gris Allí se ponía King-Tin El perro brincos pegaba
ni otros perros al acecho, sobre una mata a orinar, y al balcón nomás miraba
cuando le habrían el portón Fermín del perro observaba para ver si de repente
ladrando salía derecho. su inmensa felicidad. su perrita en él estaba.
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Pocas veces lo lograba Don Fermín se burlaba No seas tan animal
y su triste aullido echaba, y le decía mordaz: y te vayas a enfermar,
pero cuando la encontraba Obsérvale bien la raza cogiendo una pulmonía
loquito King-Tin andaba. no te vayas a engañar. saliéndote aquí a ladrar.
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El perro nomás ladraba, Un día que frío estaba, El balcón muy solo estaba,
bien sordo, como si nada, enfermo King-Tin andaba, su aullido no contestaban,
la pata la levantaba mas no le importaba nada, con el rabo entre las patas
y la matica orinaba. quería ver a su amada. King-Tin a la casa entraba.
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Y así transcurrieron días, Para curarle su mal Rodeada de varios canes
semanas, meses muy largos, lo llevó al parque Fermín, había visto a su amada,
y el dolorido animal y en una vuelta que daban, uno le mordía una oreja
sufría un fuerte letargo. ladró y no quiso seguir. mientras otros la olfateaban.
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Don Fermín solo miraba Le contó un relatico Tenía mi corazonada,
y a su perro acaricaba, de recuerdos que quedaban decía mientras caminaba,
y le decía: Tranquilo... de muchas aventuritas King-Tin,hay que buscarlas
la lección hoy te fue dada. que del pasado guardaba. por casta, sino no hay nada.
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El perro no decía nada, Un aullido pegó fuerte , En una noche estrellada,
tal vez si de pronto hablara, don Fermín lo consolaba, mientras las horas pasaban
pero la cola llevaba sé bien como te sientes... un perro aullaba a la luna
entre las patas colgada. la existencia destrozada. y un balcón muy solo estaba.
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Don Fermín por la ventana Sigue aullándole a la luna . Se acostó sobre su lecho,
de su cuarto lo observaba Es mi fiel enamorada... el sueño ya le iba entrando,
y le gritó: ¡ Te lo dije, falta ver si un día de estos y un aullido lastimero
hay que buscar la castada!. le da el sol la madrugada. muy lejano fue quedando.